mi otro Yo se refleja
en el escaparate
de una ciudad vacía.
arrastra la realidad
en sus pisadas viejas
de cementerio recién regado.
mi otro Yo se dobla
con las esquinas,
y desaparece suspirando
sobre las lápidas.
el silencio se perfila
en los besos de unos labios invisibles,
y mi otro Yo,
se detiene y me espera
al final de la calle,
detrás de otra memoria.
Ana Merino
La voz de los relojes
2000
mi otro YO...
me quiere a morir ....
dos besos...